Violencia contra las mujeres

“Ni golpes que duelan ni palabras que hieran”.

– Colectivo Las Regueras.

El primer trimestre 2020, en plena entrada de la pandemia, fue el más violento para las mujeres mexicanas desde que se empezó a medir estas estadísticas en 2015.

964 mujeres fueron asesinadas durante ese periodo, de los cuales 720 fueron homicidios dolosos y 244 fueron clasificados como feminicidios.

Estos números representan casi un 10% de incremento contra la misma cifra del año anterior, donde el feminicidio, entendido como un crimen de odio, el asesinato de una mujer por el hecho de serlo, creció 16%.

La violencia feminicida se refleja no solo en asesinatos, sino en las agresiones que son victimas donde el 60% de denuncias femeninas son relacionadas a lesiones dolosas, donde durante el primer trimestre 2020 sumaron 15,592 denuncias, mismas que representan solo el 10% de la realidad.

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia define violencia feminicida como cualquier acción u omisión hacia las mujeres que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte.

Según esta Ley la violencia se puede dar en el ámbito familiar, laboral, comunitario, institucional y político.

El Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, perteneciente al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica (SESNSP), establece seis objetivos prioritarios para prevenir la violencia, de los cuales el objetivo 4 es la prevención de la violencia homicida y feminicida, focalizada en municipios con mayor rezago social e incidencia delictiva, destinando 28 mdp a programas de prevención de violencia de género, y red de mujeres constructoras de paz.

En este eje en particular el SESNSP está coordinado con el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM).

INMUJERES, a través de su Red de Mujeres Constructoras de Paz, promueve la participación de las mujeres en labores de pacificación y resolución de conflictos, identificado las principales fuentes de la violencia, y proponiendo acciones de solución, compartiendo mejores prácticas y experiencias internacionales.

Por su lado, CONAVIM tiene la responsabilidad de diseñar la política nacional para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia feminicida, coordinando a los tres órdenes de gobierno.

Algunas de las principales líneas de acción que CONAVIM está proponiendo son las siguientes:

Solicitar a los Tribunales de Justicia locales contar con juzgados de guardia para dar tramite urgente a asuntos de violencia feminicida.

Solicitar a las Fiscalías Estatales el acceso efectivo de las mujeres a la justicia, a través de la implementación de Centros Especializados de Justicia para las Mujeres.

Solicitar el seguimiento puntual a través de los servicios de salud de la NOM 046, referente a las políticas de prevención de violencia contra las mujeres.

Solicitar la correcta aplicación de la NOM 025 para evitar el acoso y hostigamiento laboral en el ámbito empresarial.

En este sentido, quiero compartirles que la COPARMEX está en el proceso de firmar un convenio con el SESNSP, INMUJERES y CONAVIM, para, a través de sus 65 centros empresariales en el país, auxiliarlos en la correcta implementación y articulación de los programas antes descritos.

La violencia contra las mujeres es uno de los grandes flagelos que azotan nuestro país, y da pauta a todos los problemas que tenemos en el tejido social. El éxito de su erradicación depende del trabajo conjunto de sociedad y gobierno.

Juan Manuel Hernández Niebla, Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado. Columna publicada el 17 de junio de 2020 en el periódico FRONTERA Tijuana.

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