La paz para Mexico: ¿descifrando el misterio?

Columna publicada en el diario FRONTERA el miércoles 21 de febrero de 2018.

“El antídoto siempre está a un lado del veneno”

Tuve la oportunidad de escuchar y ver un video de Santiago Roel, director fundador de la organización “Semáforo Delictivo”. Se trata de un proyecto social con el objetivo de lograr la paz en México. Para este efecto, publica tableros de desempeño en forma de semáforo sobre los principales delitos, nacional y por estado, que acontecen en el país. El diagnostico publicado es muy claro: incidencia delictiva, particularmente homicidios, al alza, con cifras récord, y sin visibilidad clara de poder contenerse o disminuirse.

La propuesta de Roel y su organización para componer el problema: legalizar las drogas.

En sus presentaciones argumenta que son tres las causas principales de la violencia: jóvenes sin oportunidades, mal gobierno, y un mercado de drogas en manos de mafias y ‘narcopolíticos’.

El problema de los jóvenes emana del tejido social: pocas oportunidades en hogares y barrios violentos que los convierten en presa fácil de las adicciones y el crimen organizado. El mal gobierno lo relaciona a la corrupción e ineficacia, pero sobre todo a la falta de contrapesos ciudadanos.

Según Roel, la corrupción de alto impacto significa “plata o plomo” para el funcionario. En un mercado prohibido, el crimen organizado trabaja de mano de la autoridad. La protección oficial es indispensable para delinquir.

Tal y como sucedió en EU en los años 20 con el alcohol, la prohibición hace de las drogas un magnifico negocio. Pero en ese contexto, afirma Roel, la exportación de drogas es menos violenta y corruptora que el narcomenudeo. Este último más violento por tener menos recursos y la necesidad de defender territorios más amplios.

En su opinión, es absurdo pretender bajar los consumos atacando la oferta con policías, cuando lo que debería prevalecer son reglas de mercado. “Descabezar” cárteles solo provoca su atomización, generando una guerra que colapsa las capacidades policiacas, dándole capacidad a las mafias para extenderse a otras actividades como secuestro, robo y extorsión.

El autor dice que la única forma de abatir este fenómeno es arrebatándoles el negocio. No es lo mismo mercado que delitos. Los delitos se combaten con policías y prevención, los mercados se manejan con principios económicos y regulación. El debilitamiento de las mafias le da más oportunidades al sistema de justicia para operar correctamente. Con menos recursos, se verán mermadas sus capacidades de reclutar, corromper y asesinar.

Menciona que está comprobado históricamente que la violencia sube con la prohibición, y baja con la regulación. Ir en contra del consumo y la demanda no ha sido la solución en ninguna parte del mundo.

Santiago Roel concluye que sería mejor una estrategia donde el Estado toma el control y maneja cada tipo de droga según su grado de riesgo. Menciona el ejemplo de la amapola, de la que México es un gran productor. La amapola produce la goma de la heroína, pero también puede producir medicamentos que México importa actualmente, como son la morfina y la codeína, con la posibilidad de generar industrias alternas en zonas deprimidas, creando desarrollo económico y social, y por consecuencia impuestos.

Finalmente, argumenta que regulando las drogas disminuiría un 70% de la violencia en el país, debido a que el 75% de los homicidios son relacionados a este fenómeno. ¿Y tú lector, qué opinas, estamos listos para legalizar las drogas?

* Juan Manuel Hernández Niebla – Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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